Es necesario decir, antes de empezar, que todos los bebés son demandantes. Todos tienen sus necesidades y todos tratan de conseguir que se satisfagan. Esto quiere decir que, para algunos padres, sus hijos podrían ser considerados de alta demanda si no cumplen las expectativas previas.
Recuerdo a unos padres que se quejaban porque su bebé de cuatro meses aún se despertaba por las noches y ellos tenían que trabajar. Esperaban una solución a su problema y “el disgusto” se lo llevaron cuando recibieron el mensaje de que su hijo estaba bien, no tenía ningún problema y su conducta por las noches era perfectamente normal. En este caso, para estos padres, su hijo demandaba demasiado, cuando la realidad era que ellos esperaban que su bebé de cuatro meses se comportara como un niño de cinco años.
En cualquier caso, poniendo como base al bebé medio (la conclusión a la que se llega cuando una madre habla con muchas otras madres acerca de sus bebés), los padres de niños de alta demanda suelen afirmar que su hijo es diferente al de los demás, que se despierta muy a menudo y que quizás se quede con hambre, que no quiere estar sólo en ningún momento y que se ha debido acostumbrar a los brazos, que pide el pecho cada poco tiempo y que quizás lo use como chupete, etc.
Esa suma de necesidades y demandas y el hecho de que los padres se den cuenta de que su hijo es diferente al resto hacen que un bebé pueda llegar a ser considerado de alta demanda.
Vamos a definir algunas de las características que pueden tener:
Intensos
Son bebés que ponen energía en todo lo que hacen: lloran con insistencia, se alimentan con voracidad, ríen con gusto y protestan con más perseverancia y fuerza si no consiguen lo que piden.Parecen estar siempre tensos, preparados para la acción y, cuando son capaces de empezar a explorar el entorno, actúan, muchos de ellos, antes de pensar en las consecuencias. Es decir, en vez de valorar cuidadosamente los riesgos de hacer algo se tiran de cabeza a por ello, con el peligro que ello conlleva para su seguridad.
Hiperactivos
Muchos bebés, la mayoría, disfrutan cuando están envueltos en una manta o en una mochilita en contacto con su madre, estos bebés en cambio rechazan las medidas que les hagan sentir inmóviles o demasiado sujetos. Sí aceptan los brazos y los abrazos, pero siempre que ellos puedan tener libertad de movimientos.
Mi primer hijo, por ejemplo, sólo aceptaba los brazos. El cochecito era para él un modo de sujección más y un sitio alejado de mamá y papá (dos razones para odiarlo) y las mochilitas le agobiaban sobremanera, era tratar de ponerlo y no acabar ante su negativa.
Se dice que son hiperactivos porque son niños intensos, que duermen poco, buscando cosas nuevas que hacer, tocar y con las que explorar, pero no porque sea un diagnóstico de algo que durará siempre, es decir, decimos que son niños hiperactivos, porque comparados con el resto de niños, parecen más movidos y activos. Esto es relativo al sentir de los cuidadores, ya que unos pueden pensar que su hijo es extremadamente activo cuando es un niño que juega, simplemente, porque es un niño y es su comportamiento normal y hay otros padres que pueden ver normal el que un niño esté varias horas con las pilas a tope.
Una vez crecen no tienen por qué ser considerados, ni mucho menos, como hiperactivos desde el punto de vista psicológico que todos conocemos (niño diagnosticado de hiperactividad que precisa o no medicación).
Absorbentes
Por las características que tienen estos niños son considerados auténticos “absorbeenergías”. Demandan contacto, cariño, brazos, juegos y, cuando parece que ya están servidos y que han acabado con todas las energías de sus padres, vuelven a la carga para pedir un poco más.Los padres de estos niños necesitan armarse de paciencia y de actitud positiva y pensar que todo lo que siembren hoy dará sus frutos mañana.
Es una época dura, en la que los padres sienten que van cansados todo el día. Tienen sueño, las fuerzas flaquean y el día que amanece cada mañana parece una pendiente difícil de superar. Como en todo, siempre hay días mejores, por eso puede ser lógico y recomendable exigirse menos una misma aquellos días en que no puedes dar mucho de ti.
Se alimentan a menudo
El hecho de alimentarles a demanda hace que lloren menos (de hecho hay estudios que demuestran que los bebés que se alimentan con horarios establecidos por los padres lloran más que los que toman leche a demanda).
En culturas en las que los bebés apenas lloran se han llegado a contabilizar hasta veinte tomas diarias de pecho, que suena imposible en occidente, pero normal si pensamos que son bebés que van pegaditos al cuerpo de su madre y que pueden acceder en cualquier momento al pecho.
Con esto quiero decir que el hecho de alimentarse a menudo es necesario para ellos, porque es lo que les hace sentir bien.
Esto puede hacer pensar a algunas madres que lo van a sobrealimentar y que engordará demasiado si lo hacen así.
En el caso de la leche artificial, el mismo niño rechazará más alimento cuando no pueda más y la necesidad de succión tendrá que mitigarse con un chupete. En caso de ser amamantado no hay peligro alguno porque la leche va variando su composición continuamente y, ante un bebé que mama a menudo, ajusta el nivel calórico evitando la sobrealimentación y el sobrepeso. En estos niños también podría utilizarse chupete, aunque algunos no lo aceptan sabiendo que pueden realizar succión directamente del pecho de la madre.
Dentro de unos días seguimos explicando las características de los bebés de alta demanda.
Fuente: https://www.bebesymas.com/desarrollo/bebes-de-alta-demanda-caracteristicas-i
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