Jean Ayres definió la disfunción de la integración sensorial
como un mal funcionamiento de la organización de la información dentro
del sistema nervioso central, el cual no es capaz de organizar los
impulsos sensoriales para poder darle al individuo una información
adecuada y precisa sobre él y su entorno.
Para
poder reconocer estos problemas, no se disponen actualmente de pruebas
médicas, por lo que para poder distinguir la disfunción de la
integración sensorial, nos tenemos que basar en la observación del niño
en su día a día y en pruebas específicas.
Es
importante recordar que estas valoraciones y el posterior tratamiento
únicamente puede realizarse por un terapeuta ocupacional con formación
específica en Integración Sensorial. Sin embargo, los padres y profesionales pueden observar algunos síntomas
que nos pueden servir de alarma. Hay que aclarar, que, la presencia de
estos síntomas que se describen a continuación no es siempre sinónimo de
problemas de Integración Sensorial.
- Los niños pueden presentar dificultades para lograr las etapas de desarrollo motor. El volteo, la sedestación o la bipedestación se alcanzan posteriormente que los niños de su misma edad.
- Algunos niños pueden parecer torpes o sufrir muchas caídas; otros niños son excesivamente cuidadosos llegando incluso, a no explorar su entorno.
- La dificultad para el desarrollo de la motricidad fina es otro síntoma importante al que debemos prestar atención.
- En algunos casos el desarrollo del lenguaje pude verse alterado.
- Hay casos en los que los niños, no son capaces de organizar bien las sensaciones que reciben en la piel, y muestran reacciones de atracción a ciertas texturas o en cambio, otras les desagradan.
Este
tipo de desorganización hace que algunos niños se sientan incómodos
cuando alguna persona les toca o se acerca demasiado a ellos.
- Del mismo modo que ocurre con las sensaciones de la piel, estas reacciones también pueden darse hacia ruidos, luces u olores.,
- Aunque en ciertas ocasiones se deba a capricho, algunas dificultades durante la alimentación como la preferencia por un saber, una textura o una temperatura, pueden ser síntomas de una dificultad en la integración sensorial.
- Algunos de estos síntomas no aparecen hasta que comienza la edad escolar, momento en el que los niños se enfrentan a nuevas exigencias, nuevos compañeros, entornos y ruidos nuevos, y en estos casos los niños con dificultades en la integración sensorial, presentan problemas para adaptarse.
- En muchas ocasiones, los niños realizan las actividades escolares con mayor dificultad que los otros compañeros (actividades como colorear, recortar con tijeras o hacer puzzles).
Con todo esto, nos encontramos con niños que no se organizan, hiperactivos y en algunas ocasiones que se vuelve agresivos, que pierden el interés por el colegio.
Hay que resaltar que no todos los niños hiperactivos o agresivos padecen problemas de disfunción sensorial, sino que existen muchas causas para ello.
Hay que resaltar que no todos los niños hiperactivos o agresivos padecen problemas de disfunción sensorial, sino que existen muchas causas para ello.
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